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La Cena del Señor: Un Momento de Renovación Espiritual en la Clínica Adventista de Quito

Foto del escritor: Xavier YanayacoXavier Yanayaco

El 31 de enero de 2025, el personal de la Clínica Adventista de Quito vivió un momento especial de comunión y reflexión al participar en la Cena del Señor, una ceremonia fundamental en la fe de la Iglesia Adventista del Séptimo Día. Este encuentro no solo representó la conmemoración del sacrificio de Cristo, sino que también fortaleció la unidad espiritual dentro de nuestro equipo de trabajo.



El Significado de la Cena del Señor

Es una práctica sagrada que simboliza la redención, la humildad y la renovación espiritual. Basada en el ejemplo de Jesús durante la Última Cena, la ceremonia consta de dos partes esenciales: el rito del lavamiento de pies, conocido como "la ordenanza de la humildad", y la participación del pan y el vino sin fermentar, que representan el cuerpo y la sangre de Cristo.



El lavamiento de pies nos recuerda el llamado a la humildad y al servicio mutuo, siguiendo el ejemplo de Jesús cuando lavó los pies de sus discípulos. Es un momento en el que cada participante se reconcilia con sus hermanos y renueva su compromiso de amor y servicio. Posteriormente, la participación en los emblemas del pan y el vino reafirma nuestra fe en el sacrificio de Cristo y su promesa de salvación.



Un Encuentro de Fe y Unidad en la Clínica

La Cena del Señor realizada en nuestra clínica fue una ocasión especial que permitió a nuestro equipo reforzar los valores cristianos que guían nuestra misión de servicio en el ámbito de la salud. La ceremonia estuvo marcada por un ambiente de reverencia y gratitud, donde cada participante pudo reflexionar sobre su relación con Dios y con los demás.


Durante la celebración, se destacaron mensajes inspiradores que nos recordaron la importancia de vivir con fe, humildad y amor al prójimo. A través del lavamiento de pies, muchos encontraron un espacio para el perdón y la reconciliación, fortaleciendo los lazos dentro de nuestra comunidad laboral.


El momento de compartir el pan y el vino se vivió con solemnidad y esperanza, recordándonos que nuestra labor en la salud no es solo física, sino también espiritual. La Cena del Señór nos animó a continuar nuestra misión con un espíritu renovado, reflejando los principios del evangelio en cada acción y en el trato con nuestros pacientes.



Renovados para Servir

Esta celebración fue una oportunidad para recordar que, como miembros del equipo de la Clínica Adventista de Quito, estamos llamados a ser instrumentos de amor y sanación. Al renovar nuestro compromiso con Dios y con nuestros semejantes, fortalecemos nuestra vocación de servicio y nuestra identidad como una institución guiada por principios cristianos.

Que esta Cena del Señor nos inspire a seguir adelante con fe y dedicación, confiando en la gracia divina para cada desafío que enfrentemos en nuestro día a día.

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